La musicoterapia es una terapia que se vale de la música y la psicoterapia con la finalidad de restaurar, mantener y promover la salud integral del paciente.
¿Qué es la musicoterapia?
Siendo más específicos, la musicoterapia es el uso sistemático de la música, por parte de un músicoterapeuta y en un ambiente terapéutico, con el fin de lograr cambios en la constitución anímica de un paciente. De esta manera, la persona que asiste a psicoterapia musical obtendrá una mejor comprensión de sí mismo y del mundo que lo rodea, al tiempo que sus relaciones interpersonales mejorarán notablemente.
La musicoterapia une arte y ciencia. Por este motivo es subjetiva y objetiva al mismo tiempo, así como individual y colectiva. En tanto arte, echa mano de la música como proceso creativo, y en cuanto ciencia se fundamenta en la psicología.
Beneficios de la musicoterapia
Ante todo la musicoterapia facilita la comunicación. Así, puede contribuir al intercambio de ideas, sentimientos y emociones. Este es uno de los beneficios más importantes de esta terapia pues, el niño, en nuestras sociedades, no es educado en estrategias de comunicación efectivas, sino que por lo general estas destrezas son adquiridas de forma espontánea en el intercambio familiar y social, con los inconvenientes que esto trae.
De modo que al tener la oportunidad de practicar la musicoterapia, el sujeto puede aprender a comunicarse correcta y adecuadamente dependiendo de la ocasión social, lo cual es fundamental para vivir en sociedad.
En un segundo término, la musicoterapia mejora las relaciones interpersonales. Y es que la música misma es una de las maneras más efectivas de relacionarse socialmente, y en efecto es uno modo de disfrutar junto con los demás.
En las sesiones de musicoterapia se crea un ambiente emocional que es compartido por todos los participantes cuando juntos se dejan permear por los diferentes sonidos de una melodía que se compone u oye entre todos.
Ahora bien, este disfrute supone la posesión de destrezas sociales, y estas no pueden darse sin un previo conocimiento de sí mismo. La musicoterapia, en este sentido, provee un adecuado conocimiento de uno mismo. Y es que a través de las actividades musicales, se va adquiriendo información de las habilidades, destrezas, capacidades y dificultades propias.
En último término, la musicoterapia favorece también el equilibrio emocional, lo cual se logra por medio de la música y la psicoterapia unidas, que otorgan los medios de expresión necesarios para compartir con los demás esas sensaciones, emociones y conocimientos interiores.
¿Cuáles son los pasos de la musicoterapia?
Como la arteterapia o el psicodrama, la musicoterapia sigue unos pasos específicos para desplegar su método de tratamiento psicoemocional. Estos son: la improvisación instrumental, la improvisación vocal y la escucha y audición.
La improvisación instrumental se basa en el uso de instrumentos musicales, sobre todo de percusión, con el fin de expresar de manera libre y creativa, el mundo inferior del individuo.
En las sesiones de improvisación se usan generalmente Instrumentos Orff, esto es, instrumentos fáciles de ejecutar y para los que no se necesita experiencia previa en música.
La improvisación vocal consiste en el uso de la voz humana, primer instrumento que poseemos como especie, para expresarse en la terapia. En este caso, como en el anterior, se puede realizar en grupo o de forma individual.
La improvisación puede partir de palabras propuestas o surgidas espontáneamente, pero también de la imitación de sonidos del cuerpo o de la naturaleza. En terapia musical, imitar sonidos corporales o naturales puede resultar muy interesante si se está concentrado en la misma. Siendo especialmente atractivo para los niños.
Se pueden imitar el sonido de la lluvia, de los pájaros, de un río, del mar, de animales como los monos, leones, etc. Con esta técnica los niños `puede conseguirse una profunda relajación y expresión emocional.
Por último, se puede sustituir la interpretación instrumental y vocal por la escucha de piezas musicales escogidas por el musicoterapeuta. De este modo se puede despertar en el participante diferentes sentimientos y emociones, como intriga, alegría, tranquilidad, entusiasmo, etc.
Otra alternativa es elegir un cuento musical, es decir, relatos inspirados en una obra musical, como “La flauta mágica” de Mozart o la obra de “Pedro y el Lobo” de Sergei Prokofiev, en el que cada personaje se asocia con un instrumento.
De este modo, el musicoterapeuta induce al paciente en estas historias musicales y logra que se drenen las emociones negativas a través de la identificación con el instrumento musical que se elija.
Haz feliz a tu cerebro con musicoterapia
La musicoterapia ejerce un poderoso influjo en el cerebro humano, mejorando el proceso neurológico para que las personas sean más sanas y a su vez puedan alcanzar un equilibrio entre el cuerpo y la mente
A través de la musicoterapia, el cerebro regenera sus células y así el cuerpo de forma global mejora su funcionamiento y nos conecta con la consciencia de estar vivos. Y es que la musicoterapia en conclusión nos lleva a eso precisamente: hacernos sentir vivos.
