Las leyes universales: 7 leyes espirituales – 12 universales

La validez de  las leyes universales no depende del respaldo que le otorguen la ciencia, la espiritualidad, ni la historia de las ideas. Sin embrago estas recurren en diferentes tradiciones y épocas y bajo distintos nombres.

También es variable el número de leyes espirituales que existen, para algunas tradiciones son 7, mientras que para otras son 12, lo cierto es que existe un conjunto de principios cósmicos que rigen de manera energética el orden de los acontecimientos universales, incluyendo la conducta humana.

En este artículo referiremos cuales son las 7 leyes universales más conocidas, además de otras 5 que poseen igual validez, para así dar cuenta de 12 leyes universales que gobiernan todo lo que sucede en el universo que conocemos.

Las 7 leyes universales y espirituales

las leyes universalesAlgunas de las primeras 7 leyes universales se equivalen con algunos de los 7 principios que refiere el Kybalión, aunque en ocasiones habrá que leer entre líneas, pues los nombres que se le da a cada una de esas leyes universales difieren y los contenidos culturales también.

En tradiciones como la taoísta o la hinduista clásica también se encuentran enunciadas algunas de estas leyes espirituales, planteadas de acuerdo a sus propias categorías y expresadas en consonancia con sus lenguajes sagrados. Lo mismo vale decir de algunas culturas originales como las norteamericanas, la cultura del México antiguo y la Cábala.

Es importante advertir que la ciencia actual, sobre todo la física teórica, ha llegado a enunciar algunas de estas leyes universales desde su propio metalenguaje y ofreciendo explicaciones que se fundamentan en sus métodos de observación y experimentación.

En pocas palabras, las leyes universales son un conocimiento común a toda la humanidad, y ha sido expresado de diferentes maneras, dependiendo del contexto cultural y epocal de que se trate.

La ley de la unidad divina

las leyes universalesAl ser la primera de las leyes universales, es de esperarse que comience afirmando la unidad que existe entre todo lo viviente: todo es Uno. De modo que en este sentido no hay separación entre el Universo, la Tierra y los Humanos. Tampoco entre nosotros existe separación real, la humanidad está unida como un rizoma, somos un solos bosque en esencia.

Nuestra actual división en naciones, religiones, ideologías, etc., se debe a un error perceptivo que consiste en generar la dualidad sujeto-objeto. Este es un  error que no es propio del universo que nos alberga, sino de un tipo de inteligencia humana que podría ser llamada tecnológica.

Esta,  con el fin de manipular la realidad para beneficiarse de ella, la recorta, edita, creando así la ilusión de que hay un ego separado del resto de la vida que puede pensarla y transformarla.

La realidad, no obstante, es que todo está vinculado, todos somos Uno. No hay separación. La energía emanada de la Fuente divina que los chino antiguos denominaron Tao, es nuestra propia energía, estamos continuamente alimentados por ella.

Y esta es una energía que en lugar de separar, editar, recortar, vincula, une y conecta. El lenguaje de la realidad es mandálico, es decir, entreteje todos sus elementos sin discriminar y reproduciendo sus patrones infinitamente, como las imágenes de los fractales, o los hologramas. Tal como lo declarara Da Vinci: “Todo se conecta con todo lo demás”.

La ley de la vibración

vibraciónLa segunda de las 7 leyes universales es llamada del mismo modo en el kybalión e indica que la energía es materia vibrando en diferentes espectros de frecuencia. Un pensamiento, una emoción, una acción, un objeto, todo es energía, y se transmite de manera universal a través del fenómeno vibratorio, que es un movimiento que se propaga por irradiación.

Los pensamientos y emociones más densos trasmiten información del mismo tipo, y en consecuencia resuena con manifestaciones en la vida concreta que poseen una naturaleza afín.

Así mismo, un pensamiento o una emoción sutil, atraen hacia la persona que los experimenta experiencias en su vida cotidiana que se corresponden con este patrón vibratorio.

Diciéndolo en lenguaje más sencillo: Los pensamientos y emociones negativos atraen acontecimientos negativos a la persona que los experimenta; así mismo, los pensamientos y emociones positivas atraen acontecimientos afortunados a quienes así piensan y sienten.

Si estamos conscientes de este hecho, y podemos estar atentos a nuestros patrones de pensamientos y emociones, podemos efectuar los ajustes necesarios para vibrar de un modo adecuado con todas las leyes universales en general.

Poe ejemplo, si alguien desea un empleo determinado, puede comenzar por intentar experimentar las emociones y pensamientos que tendría de poseer ya ese empleo: satisfacción, entusiasmo, sensación de logro, etc. De este modo, las vibraciones positivas que genera resonarán con sus correspondientes vibraciones cósmicas y su deseo estará más cerca de hacerse realidad.

La ley de la acción

7 leyes espiritualesEsta ley trata de poner en práctica las leyes universales precedentes con acciones concretas. Ahora bien, cabe la pregunta: ¿cómo sé qué debo hacer? La respuesta es sencilla: tu guía interior te lo hará saber.

Pero esto trae a colación otra pregunta: ¿cómo sé si lo que creo que debo hacer me es dictado por mi ego o por mi yo superior? Esta respuesta también es bastante sencilla: tu estado emocional te lo dirá.

Y en efecto, si se experimenta bienestar interior, tanto emocional como mental, es que la respuesta proviene del guía interior. Por el contrario, si existe una sensación de malestar íntimo, ganas de postergar la acción o pesadez, quiere decir que estamos entregados a una actividad que va en contra de nuestros deseos más esenciales y que es nuestra mente quien se ha hecho cargo de la situación.

Todo acto creativo comienza con una idea, y las visualizaciones pueden ayudar enormemente a hacer reales los deseos genuinos, pero si no hay una acción seria y constante, nada podrá realizarse. Esta ley universal trata, pues, de hacer que las leyes 1 y 2 puedan concretarse en un hecho real y tangible en el mundo fenoménico.

La ley de la correspondencia

ley de correspondenciaEn el Kybalión, esta ley recibe el mismo nombre y afirma: “Cómo es arriba es abajo, como es adentro es afuera.”

Así como hay una relación entre el universo físico y todo lo que pasa en la Tierra, también existe una vinculación inextricable con el mundo subjetivo individual y la realidad objetiva relacional. Es decir, nuestra realidad interior crea nuestra realidad exterior.

Y este es un hecho que la física cuántica ha descrito a través del principio de indeterminación: el comportamiento de las partículas subatómicas está influido por las cualidades mentales del observador, es decir, si se observa en un laboratorio el mundo íntimo de un átomo, el comportamiento de los elementos que lo conforman, va a variar dependiendo del observador que lo estudie.

Así mismo, de acuerdo a esta ley espiritual, la naturaleza de nuestras relaciones, nuestras finanzas, el éxito o el fracaso, van a estar determinadas por la naturaleza de nuestras creencias internas.

Todas las leyes universales son una invitación al autoconocimiento, pero sobre todo lo es esta, pues nos propone un ir hacia el centro de ese conjunto de creencias inconscientes (la mayoría de ellas inoculadas por el colectivo y no por la propia experiencia), y abordarlas directamente.

Esto puede ser muy perturbador, de manera que el ego tratará de evitar a toda costa este proceso de conocimiento de sí y buscará responsabilizar a otros de nuestros fracasos en la vida, tratará de convencernos de que la razón de que las cosas no nos vayan como queramos está fuera de nosotros y no donde en realidad está: muy dentro.

Una vez hemos llegado al núcleo del conflicto, podemos deshacerlo cambiando nuestra percepción de la realidad y modulando nuestras emociones y pensamientos de acuerdo a la naturaleza universal.

La ley de causa y efecto

Nuevamente en el Kybalión esta ley universal se encuentra denominada de la misma manera. En la obra de Hermes Trimegisto se puede leer

Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley

Kybalión

Este principio espiritual, visto desde la óptica que venimos trazando en este artículo, tiene que ver con la influencia que los pensamientos que experimentamos poseen en la realidad exterior.

De este modo, nada es casual, y precisamente por esta razón es que podemos incidir en los resultados de aquello que nos sucede, pues si cambiamos las causas cambiarán también los resultados.

Un ejemplo que puede aclarar este punto es el siguiente: si siembro semillas de lechugas no puedo esperar obtener zanahorias. De manera que en lugar de lamentarme porque no obtengo lo que quiero, simplemente debo cambiar lo que siembro.

Si deseo obtener éxito en el amor, debo sembrar confianza, entrega, compasión, respeto, agradecimiento y responsabilidad. Si soy celoso, egoísta, irrespetuoso y soberbio, eso mismo será lo que atraiga.

A cambiar pues las semillas que, sin duda, obtendremos la cosecha precisa que deseamos y que las leyes universales preparan para nosotros.

La ley de la compensación

ley de compensación Cuando aplicamos la ley anterior, el universo responde ofreciéndonos compensación. Es decir, el cosmos nos devuelve lo que estamos enviándole y en la misma frecuencia vibratoria.

Esa respuesta a nuestros buenos deseos, emociones y pensamientos armónicos, se devuelven en distintos grados de manifestación. Efectivamente, podemos recibir dinero, amor, empleo, amigos o creatividad como respuesta a nuestra emisión vibratoria.

En este sentido, lo que nos sucede exteriormente puede considerarse un espejo de nuestro mundo interior. Pues todo o que nos ocurre, sea fracaso o éxito, es el reflejo de nuestra vida íntima.

La ley de la atracción

ley de atracciónEsta es quizá la más conocida de todas las leyes universales gracias a la difusión de la conocida película El Secreto. Aclaremos sin embargo que, si bien esta película ha dado con el secreto de la ley de la atracción, hace un énfasis desproporcionado en la obtención de beneficios materiales.

Nosotros pensamos que la abundancia no es sólo material, sino que puede manifestarse de muchos otros modos, como es el artístico, el espiritual, el emocional, etc. Una vez hecha nuestra parte, es conveniente dejar que el universo nos sorprenda,  un margen de entrega es necesario para que la felicidad nos acoja.

Esta ley afirma que la vibración de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, son energías que atraen a nosotros energías afines. Es muy curioso que lo que pensamos de una persona, sea precisamente lo que el universo nos envía, sea a través de esa persona, o de u evento aparentemente aleatorio.

Cuando nos damos cuenta de que el entorno está presto a colaborar para que nuestras metas se desarrollen eficazmente, es eso precisamente  lo que obtenemos. Y si se diera el caso de que las personas que nos rodean no están preparadas para ese fin, pues el universo se encargará de hacernos cambiar de entorno.

Esta, entre las 7 leyes universales, establece: “No puedes cambiar el mundo, pero puedes cambiar tu percepción de él”. Y es en este momento en donde la ley de atracción comienza a funcionar, pues al cambiar nuestra percepción de la vida, esta nos corresponde enviándonos lo que necesitamos de acuerdo a esta nueva percepción.

Así, el primer paso en este sentido es mantener interiormente la historia de nuestra vida ideal, pues al actuar como si ya tuviéramos lo que deseamos, este deseo no tardará en manifestarse.

Las 12 leyes universales

Como se podrá observar, todas las leyes universales están interconectadas, siendo algunas de ellas explicaciones más detalladas de las anteriores. Es lo que sucede, por ejemplo, con la ley de causa y efecto que profundiza en la ley de correspondencia.

También es necesario hacer notar que cada una de las leyes universales contiene a las anteriores, en una especie de círculo energético de retroalimentación continua. Y no puede ser de otro modo, pues la cualidad del universo es exactamente esta, nada es exclusivo en él, nada está inmóvil, todo fluye y refluye. Estas leyes, al ser enunciaciones del modo de comportarse el cosmos, no pueden ser la excepción.

De esta manera, las siguientes 5 leyes, son especificaciones y compendio de las anteriores, al tiempo que informaciones inéditas de aspectos que las primeras  7 leyes universales no mencionan.

La ley de trasmutación perpetua de energía

trasmutaciónLa capacidad de convertir plomo en oro, para usar el lenguaje alquímico, está dentro de todos los seres humanos. Esta ley universal proclama que poseemos el poder interior para cambiar nuestras circunstancias personales en un momento dado.

Por lo general las situaciones más densas de la existencia, las más dolorosas y complejas, poseen el combustible necesario para producir las condiciones más favorables y exitosas de la vida.

Y es que los estados más sutiles de consciencia suelen generarse a partir del consumo de energía densa. En ocasiones hay que permitir que la vida cambie las circunstancias por nosotros y no insistir en un camino que ya perdió su sentido.

Aceptar, por ejemplo, que una relación de pareja llegó a su fin, puede ser el comienzo de una nueva y provechosa aventura espiritual para nosotros. Lo mismo vale decir de un empleo que ya no funciona, un país que debemos abandonar o una profesión que no satisface ya.

La ley de la relatividad

Todo ser humano debe pasar por una serie de pruebas que deberá superar. Esta ley universal afirma que depende de cada cual si sucumbe o, si por el contrario, sale fortalecido de estos desafíos.

La psicología actual conoce esta verdad y la ha expresado a través del concepto de resiliencia: la capacidad que poseen algunas personas para abordar la adversidad y salir fortalecidos de ella.

Una visión astrológica de esta ley muestra que cada persona tiene como destino las circunstancias justas que necesita para evolucionar y llegar a convertirse en la mejor versión de sí mismo, para llegar a desplegar todo su potencial.

En este sentido las adversidades se convierten en oportunidades de crecimiento y no en motivo de victimización. Vista desde la perspectiva del Universo y no desde nuestra experiencia condicionada, toda prueba en nuestra vida es una bendición. Así que todo es relativo, todo depende de qué referencia se use para ver lo que sucede.

La ley de la polaridad

ley de la polaridadLa ley de la polaridad es el mismo principio de polaridad del Kybalión. Así que nos encontramos ante otra ley universal que coincide con el libro de Trimegisto. En cualquier caso se postula que cada energía en el universo posee su opuesto.

Sabiendo esto, se puede ir más allá de la dualidad y conectar con la síntesis que subyace a todo proceso dual. Comenzar a ver que la polaridad es complementariedad, es un buen comienzo.

Paso seguido puede reflexionarse sobre todos los eventos negativos que terminaron siendo el comienzo de lo mejor que nos ha pasado. Y es que en ocasiones las pérdidas pueden ser la oportunidad de ver con claridad que es lo que realmente queremos. Abrirse al cambio es la clave para hacer que esta ley funcione.

La ley del ritmo

En el Kybalión se lee:

Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación

Kybalión

Entre las leyes universales, el principio del ritmo asegura que la vida es una danza coreográfica: sístole y diástole, inspiración y expiración, noche y día, yin y yang, son ambos momentos de una misma realidad, pasos de un baile en que compensan los patrones cíclicos de la energía.

Así, cada suceso en la vida obedece a un patrón cíclico que a su vez va creando el tiempo: segundos, minutos, días, meses, estaciones, décadas, siglos, eras… todos son periodos que poseen su propia función, como la primavera en que todo comienza, o el invierno, en que todo duerme.

Del mismo modo, la vida del humano posee sus ciclos, su ritmo, y este no puede ser adelantado ni retardado sin que se perturbe el orden de la vida misma. Sabiendo esto, podremos ganar serenidad y permanecer tranquilos en los momentos de estancamiento o desdicha, pues sabemos que luego de nuestra noche interior, vendrá nuestro propio amanecer.

La ley de género

leyes espiritualesLa ley de género es el principio de generación del Kybalión. Y postula que, como el átomo, todo tiene una carga positiva y una carga negativa. O en términos taoístas, todo tiene un lado yin y un lado yang.

Cuando estos dos principios se unen surge la creación. Todo lo que existe proviene de la unión de los opuestos: hombre y mujer, Cielo y Tierra, procrean por naturaleza de esta ley universal.

Y una vez concebida la nueva criatura, debe gestarse para que alcance su madurez y advenga al mundo fenoménico. Los acontecimientos humanos transcurren del mismo modo. Así que los pensamientos que tenemos acerca de lo que debería ser nuestra vida, necesitan germinar en la inteligencia universal, gestarse en el útero del cosmos, para luego sí manifestarse en el plano de la realidad concreta.

Las leyes universales: un camino que empieza en casa

Como se podrá observar, todas las leyes universales estudiadas aquí remiten a nuestro interior. Y en efecto, la clave está dentro de nosotros mismos, pues en la medida en que cambiemos nuestra forma de percibir la realidad y nos adecuamos a la forma en que el universo actúa, en esa misma medida veremos florecer nuestros anhelos más genuinos en la realidad material objetiva.