Los Nadis. Ida Pingala y Sushumna. Los tres canales energéticos

En el cuerpo sutil los nadis hacen las veces de unas arterias inmateriales. La palabra “nadi” proviene del sánscrito y traduce “tubo”, “canal” o “arteria”. La función básica de estos canales es trasportar el “prana” o energía vital a través del cuerpo energético. En este artículo veremos cuáles son las funciones de los tres nadis principales en el sistema energético humano y su relación con algunas funciones orgánicas.

El prana, la sustancia vital que transportan los nadis

nadis-pranaLa palabra “prana” también es de idioma sánscrito y traduce “energía absoluta universal”. Es el equivalente hindú del Qi de la Medicina Tradicional China. La energía prana constituye la fuente genésica y común de todas las demás formas energéticas y se expresa en diferentes áreas existenciales mediante frecuencias distintas.

Una de las formas de incorporar prana al organismo humano es a través de la respiración, pero también por medio de los alimentos que ingerimos y otras actividades metabólicas.

La frecuencia vibratoria del prana es la entidad que determina el nivel de consciencia de todas las formas de vida que tienen la capacidad de absorberlo y almacenarlo. Por ejemplo, en el hombre se encuentran frecuencias vibratorias más sutiles que en los animales,  y en el hombre mismo esta gama vibratoria va a variar de acuerdo a su nivel de desarrollo de la consciencia.

¿Cuántos nadis existen en el cuerpo humano?

La tradición tibetana e hindú refiere que existen aproximadamente 350.000 nadis. Esta red energética por la cual circula la energía vital es similar a la referida por la tradición taoísta, y que en términos de la Medicina Tradicional China se denominan meridianos de acupuntura. Sin embargo los nadis más importantes son tres: Sushumna, Ida y Pingala.

Ida y Pingala absorben el prana directamente del aire, y a través de la espiración expulsan del organismo las sustancias tóxicas. A través de Sushumna, por su parte, es que asciende la energía kundalini.

Sushumna

nadi-SushumnaSushumna asciende por el interior de la columna vertebral y continúa hasta la coronilla. Este canal une los 7 chakras principales en su recorrido.

Sushumna es una palabra sánscrita que traduce “pensamiento virtuoso”. Según otras traducciones significa “mente alegre”. Y de acuerdo al Bhagavatam, su significado literal es “rayo del Sol”. En cualquiera de los tres casos queda en evidencia la cualidad lumínica y elevada de este nadi. Se le conoce también como “canal del fuego, “canal del conocimiento” o “sendero de la liberación”.

Mientras que Ida y Pingala regulan las funciones vitales y mentales del organismo, la función de Sushumna está fundamentada en el desarrollo y percepción espiritual.

Si bien los tres nadis comienzan el chakra raíz, solo Sushumna accede hasta la parte superior del cerebro, al reino divino comprendido entre el sexto y séptimo chakra. Esto nos indica que solo cuando nuestra energía fluye a través de la Sushumna podemos acceder a los estados más elevados de conciencia espiritual.

Pingala

pingala-nadiPingala transporta la energía solar, llena de vitalidad y fuerza cinética. Este canal empieza a la derecha del chakra radical y termina en la parte superior del orificio nasal derecho.

Pingala traduce “marrón rojizo”, se le conoce en el yoga como el canal  masculino. Cuando circula más prana por este nadi, se siente un impulso a realizar actividades con fines específicos, alcanzar objetivos, moverse; aumenta la pasión, la ambición y la inquietud física y mental; pero también puede manifestarse como ansiedad, estrés o insomnio. Es por ello que se le relaciona con el Sol.

Ida

ida-nadiIda es el portador de la energía de la luna, enfría y calma. Este canal empieza en la parte izquierda del primer chakra y termina en el orificio nasal izquierdo. En su recorrido desde el centro radical hasta la nariz, se retuerce (al igual que Pingala) alrededor de Sushumna.

Ida traduce “comodidad”. En  la tradición yóguica es el canal energético femenino. Es por ello que cuando, de acuerdo al momento del día, circula mayor cantidad de prana por este nadi, el organismo está relajado, distendido, bien sea para experimentar sosiego y tranquilidad, o bien para que nos sintamos cansados y somnolientos.

Es por ello que, en un cuerpo sutil equilibrado, ida predomina en la noche, momento en que el prana debe propiciar el descanso.

En el caso de que el organismo atraviese por una enfermedad, la energía se va  a canalizar a través de Ida, obligándonos a guardar reposo o dormir, y permitir así a la energía vital concentrarse totalmente en combatir la patología

Los nadis y el sistema nervioso autónomo

Ida regula el funcionamiento del sistema nerviosos parasimpático. En este sentido está relacionado con el descanso de nuestras actividades corporales y metabólica, por ello su simbolismo lunar, yin.

Pingala, por su parte, rige las funciones del sistema nervioso simpático, y en consecuencia prepara el organismo para la actividad dinámica acelerada. De allí su asociación con el sol y su cualidad Yang.

Respiración y nadis

nadis-respiraciónAsí como Ida y Pingala se entrecruzan en su ascenso en torno a Sushumna, así mismo establecen una relación de interdependencia entre la actividad respiratoria. Como hemos visto, Ida y Pingala están conectados con las fosas nasales, el primero termina en la izquierda, el segundo en la derecha.

De este modo los nadis hacen que las fosas nasales posean un funcionamiento cíclico, de forma que, en condiciones normales, predomina la respiración de una de ellas. En los individuos cuyo cuerpo sutil está equilibrado, la respiración va cambiando a lo largo del día de una a otra fosa, en periodos de una a dos horas.

El terapeuta que posee este conocimiento, además, puede hacer usos de la respiración consciente por medio de los nadis para restablecer el equilibrio energético en un organismo que lo ha perdido.

Cuando la respiración predomina en la fosa izquierda y en consecuencia la energía se encuentra canalizada por Ida, la persona va a sentir necesidad de reposo, su estado de ánimo será calmo y pasivo, pero también puede manifestarse como pereza, sueño excesivo o tristeza.

Cuando, en cambio, la respiración está gobernada por Pingala y se vehiculiza la energía por la fosa derecha, se va a experimentar necesidad de acción dinámica, de realizar labores que conduzcan a la realización de objetivos específicos,; pero también se puede experimentar ansiedad, estrés e insomnio.

Por su parte cuando la energía vehiculada por Sushumna predomina, se refleja en el flujo equilibrado de la respiración en ambas fosas nasales. Cuando esto sucede, sentimos calma, paz y plenitud, pero de una forma dinámica y activa, estado muy poco conocido por la mayoría de nosotros, y muy fugaz en nuestra vida diaria.

Hemisferios cerebrales y nadis

Así como los nadis están conectados con las fosas nasales y regulan las funciones del sistema nervioso autónomo, de igual modo están relacionados con los hemisferios cerebrales.

La fosa nasal izquierda regulada por Ida, se encuentra ligada al hemisferio cerebral derecho.  Y en este sentido se relaciona con la creatividad, la orientación espacial, la sensibilidad estética, el pensamiento holístico, la visión ecológica, etc.

La fosa derecha regulada por Pingala está conectada con el hemisferio cerebral izquierdo. Es por ello que está relacionada con el pensamiento lingüístico, el análisis lógico-matemático, la percepción del tiempo, y todo lo que atañe a la mente lógico-racional.

Cada nadi proporciona energía al hemisferio asociado, por esta causa la actividad cerebral se ve condicionada por el flujo de los nadis y la respiración nasal.

Ida Pingala y Sushumna: simbolismo de la visión global

caduceoMientras que Ida representa una visión de la vida, el enfoque pasivo, y Pingala simboliza el otro lado de la historia, el enfoque activo, Sushuma hace las veces de síntesis, esto es, arroja una nueva información que concilia a las anteriores.

Esto es importante advertirlo pues el cuerpo sutil y toda la anatomía y la fisiología energéticas se comportan de este modo sintético y compensatorio, unitivo. En reflejo fiel y holográfico del modo en que funciona el universo todo.